sábado, 30 de noviembre de 2013

Pagar y pagar aún mas incluso por el humo.








“Pagamos hasta por el humo, ni más ni menos que 800 millones de €”




Después de pasado un lustro, con el descenso a los abismos de la pobreza, un gigantesco desempleo que provocará y llevará a la marginalidad a millones de españoles, sufriendo recortes en sueldos, derechos laborales, sindicales, de libre reunión y en lo que a los servicios sociales y de bien estar se refiere, que no en las innumerables prebendas de la clase dirigente, esos mendaces que salidos/as de unas urnas trucadas viven cuan millonarios, parasitando cantidades superiores a los 70.000 €/año, así como sus extensísimas familias, pues ahora nos están recortando hasta el aire que respiramos y encima nos lo contaminan para luego tener que pagar por ello.


NO les votes. Foto; elprotestón


Pues sí, algo muy poco conocido por los ciudadanos/as es que pagamos hasta por los malos humos producidos por otros, por su contaminación, su basura aérea y difusa, por la incompetencia como no, de esa autodenominada “clase política”, baja y mala clase afirmo, esos/as que no tienen idiomas, ni aspecto digno o elegante, que nunca trabajaron ni trabajarán, y menos en una empresa privada, que no fundaron negocios, crearon empleo, emigraron fuera para ver mundo, como si lo hacen y obligatoriamente nuestros jóvenes extremadamente preparados por miles y para siempre, aunque nunca los hijos/as de esta ralea, que bien viven de lo público, a nuestra costa, como gruesos/as parásitos/as, siempre por cierto moviéndose en coches o en aviones oficiales.

Tampoco poseen claro está, formación alguna para el mando de un país, de una nación de naciones, 17 en concreto llamadas Comunidades Autónomas, decenas de Diputaciones Provinciales y/o miles de Ayuntamiento, 8112 para ser exactos, incluso siquiera su propia “comunidad”, pero de vecinos. Estos/as zotes no saben cómo bien gastar el dinero de los demás, el dinero de todos, el público, el que sale de los Presupuestos Generales del Estado, procedente de los impuestos que muy pocos pagamos, pues aquí los que más tienen, el 5% de la población, acapara más de 45% de la riqueza total disponible, y creo que la cifra anda corta, como las entendederas de los/as citadas.


NO HAY JUSTICIA. De; El último PriMate


Así que según un artículo (1) publicado recientemente, a España le está saliendo extremadamente caro el cumplir con el protocolo de Kioto, o acuerdo internacional para reducir los gases de efecto invernadero y combatir el cambio climático. La Agencia europea de Medio Ambiente, EEA, advierte y alerta de ello en un informe reciente, que dice que España es, junto con Austria, Liechtenstein y Luxemburgo, el país europeo que necesita comprar más derechos de emisión de CO2 en proporción a sus emisiones. 

Si encima que compramos todo fuera, pues aquí no se produce casi nada, dado que se carece de un verdadero entramado industrial en el sector secundario, el que afecta a la industria, sumado además que el 85% de los combustibles fósiles también se importan, más de 47.000.000.000 de euros, y los ceros están bien, que todo se confía al sector servicios, es decir, a un turismo masivo de bajísima calidad, de sol, playa, sangría en cubos y borracheras multitudinarias, solo queda sacar el de talonario del estado, para compensar las toneladas de más que han enviado a la atmósfera y cumplir los compromisos, qué quizás no se debieron firmar nunca dada la incompetencia y estupidez de los agentes implicados en esta nueva ineficacia, inoperancia e inutilidad nacional.


Madrid, aire "O-limpíco". Fotos; elpais



España lleva gastados entre los años 2008, o de las “vacas gordas” y 2012, o de las “vacas famélicas“, pues "más que dar leche, dan asco, mucho", ni más ni menos que 800.000.000 de euros en comprar derechos de emisión, es decir, “contamino por cojones”. Y aunque en la oficina de Cambio Climático creen que no hará falta desembolsar más, el inventario aún no está cerrado, y tratándose de este "país chisgarabís, de cante, de toque, arretrasao”, de incompetencia palpable y palmaria, siempre hay margen para la sorpresa. 

La EEA alerta de que en España la brecha entre lo que se tendría que haber reducido y las emisiones reales es comparativamente muy grande, a pesar de estar el país al borde del precipicio. Así, este “fregao” supone el un 13%, cuando la media de los países europeos es del 1,9%, siete veces más; en la “Champions” pero “Chips” como diría aquel impronunciable, inefable, infumable, inepto y afortunadamente ex-presidente de un gobierno con 18 carteras ministeriales autoproclamado "socialista y obrero" y que hoy vive a lo grande, en una de las urbanizaciones más caras y elitistas de la capital de España, llamada "La Moraleja"; ¿muy chusco verdad?


Programa económico del PP. Por Pepe Quiralte


Por tanto dada la “fantástica” gestión de este asunto, por parte de los/as responsables de hacerlo mínimamente bien, esos/as que “trabajan” dos horas diarias y dos días a la semana para prevenir posibles hernias, tenemos que España deberá comprar “cantidades significativas”, quizás mejor “muy cuantiosas”, por espuertas, en lo que respecta a derechos de emisión. Así el gasto según dicen, ya estaría prácticamente hecho. En abril del año 2012, el ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, el que engulle yogures “caducaos” y se ducha con agua fría “pa ahorrar”, desveló que España había comprado 159 millones de toneladas de CO2, por 770.000.000 de euros, ¡¡¡con un par!!! Pero aún le faltaba comprar en el exterior otros 105 millones de toneladas hasta 2014 para cumplir con Kioto, ¡¡¡con dos cojones!!! Según el cálculo del que habló Arias Cañete, eso podía suponer entre 500 y 800 millones de euros más, dependiendo del precio del mercado. 


Miguel Arias Cañete. Foto; heraldo


El año pasado Medio Ambiente, que nunca entendí porque no es un Ministerio pero de "Ambiente Completo", anunció que había comprado derechos de emisión equivalentes a ese centenar de millones de toneladas a Polonia por un precio de saldo, según palabras textuales de los “lentitos y bordelinos mentales” antes mentados; “No puedo desvelar el precio; son acuerdos confidenciales”, dijo la directora de la oficina de Cambio Climático, Susana Magro, que su apellido tira más a cuestiones de ganadería y seguro familiar de algún “pez gordaco del Menesterio” en cuestión. Quizás podía haber declarado mejor, “tengo los datos exactos pero no puedo concretarlos y no se los pienso facilitar, pues molo más que Maroto el de la moto”.


Pues "Magra no está". Foto; Google


El informe de la EEA no solo desvela que España es uno de los países europeos que más tiene que gastar, por NO HABER reducido sus emisiones, a pesar de una deuda país de más de 4 billones de euros, imposible de pagar ni en un par de siglos, sino que al mismo tiempo también dicen y posiblemente mintiendo como bellacos/as, que "por primera vez que España sí será capaz de cumplir con sus compromisos", aunque claro está pagando, que no de sus bolsillos ya repletos, y me refiero a la calaña de los/as políticos. De lo de encontrarnos ante una recesión bíblica, de proporciones aún no estimadas y evaluadas convenientemente, nada dijeron y faltó que dijeran aquello de ¡¡¡será por dinero!!!


"Empresario ladrillero español". Foto: Google


Siempre la agencia, que "nos ama y estima" sin duda alguna, aunque no dicen el motivo, y desde hace ya algún lustro, dijo que España es de los países más alejados del cumplimiento de lo suscrito. Según un inventario provisional publicado en otro informe reciente de la EEA, España ha emitido en el periodo de Kioto (2008-2012) un 22,8% más que en 1990, el año que se usa como referencia. El tratado le permitía a España emitir un 15% más que en 1990. Kioto sin embargo, podía haber sido mucho más gravoso, de no ser por la descomunal crisis financiera mundial, que ayudó a pisar el freno aunque de forma abrupta y sin avisar. España llegó a emitir en 2007 un 50% más que en 1990, pero el crash del 2007-2008 nos “salvó”, dado el estallido de la burbuja inmobiliaria, pues este país era el segundo consumidor mundial de cemento tras China ¡¡¡toma, toma, toma, chinos!!! ni más ni menos. Y fabricar cemento para más de 9 millones de viviendas nuevas construidas en poco más de 12 años, contamina “un cojón y parte del otro”.


I+D+I en España. Foto: Google


El dinero que deberá destinar el Gobierno a cumplir con Kioto, responde únicamente al exceso de emisiones, de lo que se conoce como sectores difusos. Se trata del transporte, la movilidad ciudadana incluso a bordo de enormes 4x4 incluidos que los hay por cientos de miles, como sucede con los coches oficiales, los hogares y la agricultura. Las grandes industrias, pocas muy pocas, también están sujetas a límites, pero en su caso funciona un sistema de comercio de emisiones por separado

Las fábricas por cierto, recibieron una asignación gratuita de CO2, pero con la crisis y la caída de la producción, emitieron mucho menos de lo previsto, así que se han dedicado a vender los excedentes. Algunas empresas han ganado millones de euros vendiendo lo que recibieron gratis; de nuevo ¡¡¡toma, toma, toma, que viva Egpaña qué es la mejó!!! Mientras tanto, “el Gobierno”, no, no es broma, que dicen que tenemos uno y muy “güeno”, debe pagar por sectores que no recibieron asignación, de los que sin embargo es responsable, y que son los que menos han bajado sus emisiones.


Paco "El Pocero houses". Foto: Google


En Enero de 2012 se habían gastado ya 770.000.000 de euros pero aún había un déficit de 105.000.000 de unidades de Kioto. Lo que hizo fue negociar acuerdos bilaterales con países del Este de Europa, esos “tan avanzados y democráticos”, llenos de acordeonistas y cabras bailarinas, donde la moneda oficial es "el Cu", cobre para entendernos, a los que se les asignaron derechos de emisión que nunca usaron, a mansalva, debido al desmoronamiento de la industria comunista y su casi nula industrialización tras el colapso sufrido. A estos excedentes se les llama aire caliente; su compra es controvertida, puesto que con ellos no se reducen emisiones en ningún caso y pagan los de siempre, los ciudadanos.

También nos dicen que se han reducido 29 puntos porcentuales desde 2004, aunque no se lo cree “ni el tato”, que encima emigró a Alemania por falta de trabajo. Parece ser entonces que lo contaminado en exceso por este país de “pandereta y rumba”, se quedaron en torno al 22% sobre el año base, años 2008 a 2012, y que a pesar de no cumplir con reducciones internas el objetivo Kioto, “España solo tendrá que comprar derechos hasta ese 22%”, lógico, señalan los “técnicos”, estos desafortunadamente sin emigrar como lo hizo el anteriormente mencionado. 


El alimento de los electos. Bar del Congreso. Foto: Google


En el lado opuesto está, Fernando Prieto, doctor en Ecología, es muy crítico con lo sucedido en España. Así comenta que, “España no ha adoptado políticas serias de reducción de emisiones, ha mantenido apoyos al consumo de carbón y gas, ha incrementado de forma importante el transporte por carretera de mercancías, dejando de lado el ferrocarril desde hace décadas”, con la pasividad palpable por ejemplo de la propia RENFE. También no ha dejado de incentivar el uso del transporte privado, aumentado exponencialmente las vías de alta capacidad, construido aeropuertos sin aviones siquiera ¡¡¡qué "suerte" tener 52!!! y ha edificado sin criterio viviendas, de las cuales hay más de tres millones y media vacías. Por otra parte, "no han apoyado de una forma inteligente a las energías renovables, con una continua inseguridad jurídica". Y para remate final tenemos que, "los sucesivos Gobiernos no han enviado ninguna señal a los sectores contaminantes”.





Como dijo hace poco ante su homologo inglés David Cameron, “nuestro presidente", hombre de “fácil discurso”, de gran claridad al emitir sus palabras, de verbo sencillo y dicharachero allá donde va, con ese porte que la caracteriza, ese elegante color de pelo a juego con una barba "muy cuidada", lo que salió de sus labios fue: “It´s very difficult todo esto...”. 

Y yo me quedé sin palabras al oírle desafortunadamente, pues pensé que mejor ser sordo ante esas animaladas, o mejor vivir en otro país sin duda y pedí al cielo un rayo, uno grande, aunque no os puedo decir el destinatario final. 



© Sammas



Agencia Europea de Medio Ambiente - Diario El País
 



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