sábado, 1 de febrero de 2014

El último, que apague la luz, pues no podemos pagarla




Sobre UN ROBO, “muy legal”, otro nuevo, de nuevo



Desde hace al menos un lustro, quizás más, pero con mayor intensidad en los últimos dos años, cualquier usuario al llegarle el recibo de la luz, nota no un fuerte calambrazo, sino una puñalada trapera, dada sin avisar, con muy malas artes, procedente sin duda de gente de mala cuna, de peor ralea, que no son otros/as que las eléctricas, los mandamases que controlan en régimen de oligopolio, como un grupo mafioso, un clan delictivo, un cártel de la droga, el sistema eléctrico español.

Ex-políticos en el sector eléctrico. Gráfico: D. Grasso y J. Escudero

Así que basándome en el estupendo artículo publicado (1) por Gerónimo Andreu en el diario “El País”, intentaré explicaros añadiendo eso sí, algunos apuntes de cosecha propia, qué está sucediendo con “la luz” en España, quien/es la sufrimos, quien/es se enriquecen, quien/es lo padecen, quien/es se lo llevan “crudo, magro y calentito”, por billones desde hace tiempo, asesorados, defendidos y apantallados, por decenas de ex cargos políticos, públicos, en lo que se conoce como “juego de la puerta giratoria”, es decir, del campo público/político al privado y viceversa.

Por todo lo anterior, por algo llamado “codicia extrema”, permitida claro está por los sucesivos gobiernos sean de derechas o de “izquierdas”, tenemos algo nuevo llamada “pobreza energética”. En ella se engloba y resume la situación de más de cuatro millones de españoles, y en ascenso, que sufren para pagar la electricidad, según el recientemente desaparecido Observatorio de la Sostenibilidad, pues la luz es algo necesario para sobrevivir por cierto y mira tú qué casualidad. Además las eléctricas cortaron el suministro a casi 1.5 millones de viviendas en el año 2012 por impagos, sin el más mínimo atisbo de humanidad, de los recibos de consumo correspondientes.

Nadie entiende las razones por las que España tenga la tercera luz más cara de Europa, tras Chipre e Irlanda, por cierto, dos islas. Además nos dicen que los consumidores acumulamos una deuda de 30.000 millones con las eléctricas. La pregunta por tanto es bien sencilla: ¿en qué punto de su cadena de producción el kilovatio se convirtió en oro, platino o diamantes?

Sabemos de inicio claro está, que la electricidad se genera en centrales, sean hidráulicas, térmicas, nucleares, eólicas o solares. Luego salta a la red de alta tensión para ser transportada, de ahí pasa a las de media y baja para transformarla y termina su ciclo en las casas de una gran ciudad, municipio, en el campo o una isla. Todos esos pasos cuestan dinero, pero la cadena de gastos tiene más eslabones: impuestos, deudas, especuladores, intereses empresariales, primas a sistemas de producción de energía que son más limpias, las renovables, o imprescindibles para garantizar el sistema, los ciclos combinados de gas. Pero el problema es que todo esto es de los mismos, dado que ellos son los que producen, transportan, transforman, fijan el precio y lo comercializan, sin control alguno.

Según el Gobierno, aunque no sé realmente qué es lo que "gobiernan, hacen, deciden, ejecutan", está claro dónde se encuentra la fuga que hay que taponar: en esa “deuda millonaria con las eléctricas”, equivalente al 8% del recibo de la luz, y que representa los supuestos gastos que se les han reconocido a las compañías pero que no se les han abonado. Para enjugarla se diseñó la gran reforma eléctrica de la legislatura: un paquete de 15 normas con medidas tan polémicas como gravar más al consumidor en los costes fijos de la luz, es decir, los que se pagan por tener suministro, independientemente de lo que se consuma, ¡¡¡jódete!!! o la enorme cruzada contra el autoconsumo, es decir, autogenerarse tu propia energía. Una supuesta reforma, iba a acabar con el déficit de tarifa pero a última hora la Hacienda Pública retiró los más de 3.600.000.000 de euros que se había comprometido a abonar, claro está, del dinero de todos/as.

Lo de ese “déficit eléctrico” es una historia algo chusca, muy mendaz, pues la creó ni más ni menos que alguien muy poco creíble, miaja manazas, siempre metidas en el dinero público y si no véase Caja de Madrid – Bankia. Si, hablo de Rodrigo de Rato y Figaredo, que en el año 2002 era Ministro de Economía con el PP. Fue entonces cuando estableció que la luz nunca subiría más del 2% al año. Como los supuestos costes de producir la electricidad eran mayores, optó por ir haciendo una especie de bola de nieve, cada vez mayor, con lo restante al porcentaje fijado con fines claro está populistas – electoralistas y así mantener el precio artificialmente. Se adujeron claro está otras causas como el controlar la inflación, la mejora de la competitividad industrial, el que la abuela dejase de fumar.

Oligopolio energía. "Más jetas, muy jetas". De; pnr.org

La solución nació como temporal, véase Soraya S. de Sta. María, pero luego ningún Gobierno se vio con fuerza, cojones en “Román Paladino”, para explicarle al votante, al ciudadano, al pueblo llano, que debía pagar más, mucho más. Así durante una década los españoles han vivido en una ilusión, pues la industria y los ciudadanos consumían satisfechos mientras las eléctricas facturaban como nunca, ganaban pasta por capazos.

Este déficit fue asumible hasta que en 2005 los costes se dispararon por la subida del petróleo, que arrancó con la inestabilidad en Irak, véase Bush-Aznar y sus guerras preventivas. La tendencia se agravó en 2008 con las nuevas primas a las renovables, otorgadas por unos primos, unos lerdos/as autoproclamados “obreros y socialistas”, que al igual que la derechona nunca trabajaron, trabajan ni trabajarán, pues solo trincan, dilapidan, estafan o malversan, no, no va de poesía, es referente a los caudales PÚBLICOS. Así que la crisis, el crash sistémico y el cha-cha-chá, hicieron que la componenda, el chanchullo, la chapuza, terminaran por estallar.

Para pagar, para apoquinar lo adeudado, se han ido probando sistemas. El último consistía en emitir lo debido en paquetes y colocarlos en el mercado de valores, la llamada titulización. Las eléctricas ya han cobrado ese déficit y ahora los españoles se lo deben a bancos de inversión en buena parte extranjeros, ya sean de los “buenos amigos” alemanes o III Reich económico con Frau Merkel y sus levitas a la cabeza, más otros franceses que también “nos quieren” mogollón, aunque no digo donde y como nos quieren, aunque os doy una pista: empieza por "pa", sigue por "re" y el final es el tratamiento que se dá a los caballeros o señores mayores; ¿fácil verdad?

Para colmo de males, algo muy “typical Spanish”, España tiene 25.000 megavatios de potencia, pero 6.000 no son necesarios, es decir, un 25% de sobre potencia al menos, al igual que los 50 aeropuertos, 25 casi sin aviones. Los más críticos con esta estrategia de dilación de los problemas aseguran que esa deuda nunca se ha auditado públicamente. Y algunos, como Jorge Fabra, nada que ver con el abuelo afortunado con loterías varias, llegan más lejos. Fabra es un economista de los serios, con datos fiables y aire de profesor tiernogalvanesco. Su máxima preocupación es convencer informando a los ciudadanos que no hay un déficit acumulado de tarifa, sino superávit en las retribuciones. Es decir, que no es que las eléctricas cobren de menos, sino que los consumidores les pagan de más.

Y es que parece ser que no todos los kilovatios son iguales, aunque al encender una bombilla por ejemplo lo parezcan. Cada vatio se produce de una forma diferente y a un precio distinto. Al pulsar el interruptor, todos se liberan tras haber viajado a la velocidad de la luz desde su central de generación pero, mientras una unidad eléctrica procede del viento o del sol, otra lo hace de una presa construida hace 70 años, en los tiempos de “tío Pachi”, ese que nació en El Ferrol. Otras lo hacen desde una central que funciona con un gas o petróleo, fuel más exactamente, cuyo precio depende de mil conflictos bélicos de carácter internacional y otras desde caras instalaciones nucleares de “a billón de pesetas” de las de antes, procedentes de subvenciones públicas nunca devueltas.

Y sin embargo, sin razón, sin fundamento lógico, rayando en el timo, en el robo, toda esa energía la paga el ciudadano al mismo precio. Esta llamémosla suavemente disfunción, es consecuencia de un sistema de venta peculiar. Veamos tres cuestiones clave:

- En un Operador de Mercado Eléctrico, llamado OMIE, las generadoras van ofertando cada mañana la energía que producirán en cada una de las horas del día, al precio que les parece más cercano a sus costes, vamos y en una palabra, “como les sale del orto”, les sale de los pies, les viene en gana.

- Entonces primero venden las que tienen los costos variables más bajos, empezando por las renovables con su fuente de generación gratuita, dado que las mueve, requieren, viento o energía del sol, seguido de las hidroeléctricas con el agua embalsada de todos, pues es de carácter público y por último las nucleares, con el coste multimillonario de la construcción de estas centrales ya recuperada desde hace años por quienes las explotan, que siguen facturando su producción a precios "de nuevas".

- Acabadas las anteriores, se venden las que los tiene más altos, carbón, fuel y gas, por el precio del combustible de ese día y muchas veces a ojo. Para que a todos los actores les interese participar, al final se les abona el mismo precio, es decir, el de la producción más cara del día, que así mola más y “aumenta la competencia” por cojones ¿verdad? Los kilovatios por tanto se producen a precios muy diversos y dispares, pero todos se pagan igual, al más alto posible, como los jugadores de la NBA.

"Trincando que es gerundio". Foto; EshoradelplanB

La paradoja de este “mercado adulterado”, creado en 1997 con el eufemismo de la liberalización sistema eléctrico, mejor claro llamarlo chiringuito, es que pagaríamos lo mismo en nuestra factura si, en lugar de mezclar fuentes baratas y caras, toda la energía se produjera al precio de las costosísimas centrales de gas. Hablamos entonces de “pagar los percebes o la merluza al mismo precio que las sardinas”, explica Jorge Fabra. 

Sé que resulta poco inteligente decir que la culpa del alto precio de la energía la tienen las más baratas; pero es así, porque lo que las eléctricas ahorran en producción no repercute en precios bajos, sino en que sus ganancias sean mayores. Así tenemos que mientras la energía hidroeléctrica tiene beneficios del 700%, la nuclear reporta el 200%”, por ejemplo. Por tanto si se les pagase lo que les cuesta realmente la energía, el sistema se equilibraría, el usuario abonaría un justo-precio. Y por todo esto podemos decir sin equivocarnos lo más mínimo, que el déficit es en realidad esa ganancia excesiva que se embolsan, sin que los sucesivos gobiernos hagan NADA.

Y entonces una pregunta de perogrullo ¿por qué se diseñó este mercado así, cuáles fueron las “razones”? Pues claro está, que los componentes ideológicos de finales de los noventa, “PP power”, cuando comenzó la liberalización de un sector que hasta entonces estaba controlado por el Estado. Otras versiones apuntan que fue para favorecer la diversificación de fuentes de potencia y reducir la dependencia de las energías fósiles, como el carbón. Sea como fuere, es palmario y evidente que un sistema creado en el año 1997, cuando las tecnologías eran muy distintas, no tiene sentido ahora, no es lógico, pues favorece a unos pocos y perjudica a millones, a los usuarios.

NO LES VOTES- deavanzada.blogspot


Por otra parte, dadas las acusaciones hacia las renovables tildándolas de ser las responsables de esta anarquía tarifaria, de costes ficticios y engordados, no sabemos si con hormonas sintéticas, el sector que las engloba afirma que sus primas, muy lógicas por cierto**, las subvenciones dinerarias que reciben solo representan el 22% del agujero, mejor sima, pues llegan más abajo aún. Y es que también un pantano, una nuclear o una térmica, reciben ayudas o subvenciones públicas, las procedentes del dinero de todos. La diferencia es que las primeras, las que proceden del viento y el sol, **no emiten residuo alguno, no generan contaminación, no gastan recurso alguno, no dejan combustibles a descontaminar, a reprocesar.

Los técnicos están conectados 24 horas con Red Eléctrica Española, REE, la compañía encargada, en régimen de monopolio por cierto, del transporte por alta tensión de la energía producida y también del equilibrio del suministro a los hogares y/o empresas. Ante las fluctuaciones de la demanda según las horas del día o de la noche, responden regulando la producción de sus clientes y enviando a la red la energía necesaria. La sincronía tiene que ser perfecta, porque si la electricidad no saliera al mismo tiempo de las centrales de la REE cuando es demandada para su consumo, podrían ocasionarse sobretensiones o apagones.

Vender en el OMIE es muy complejo. Aparte del mercado diario, al que acuden los productores, intermediarios y grandes consumidores, existe la subasta trimestral del CESUR, a partir de la que se fija el precio para el cliente doméstico que se beneficia de la TUR, o Tarifa Protegida. Luego están los mercados intradiarios y de servicios complementarios, en los que se efectúan operaciones a velocidad vertiginosa para ajustarse a la demanda al segundo, es decir, un gran tinglado.

La CESUR suscita recelos, pues la CNE lo ha investigado ante la sospecha de que los precios se calientan, se manipulan a propósito. Hace poco, la Comisión Nacional de la Competencia, CNMC, que ha engullido a la CNE, suspendió por primera vez una subasta energética. El precio de la energía vendida había subido sin causas reales un 26.5% respecto al mes anterior, por lo que la CNMC detectó “la ocurrencia de circunstancias atípicas”. Coincide además, que casualidad, con la retirada del gobierno de los 3.600 millones de la reforma eléctrica. 

Podemos añadir la excelente campaña hídrica, más de un 20% de agua en los embalses que hace un año, pero las eléctricas apenas ofertaban electricidad de origen hidráulico, la más barata. Dos sospechosos “apagones” nucleares, es decir, paradas automáticas por alguna incidencia no revelada hasta el momento, terminaron de elevar el precio.

Indicar que en la CESUR participan las cinco grandes eléctricas, GasNatural-Fenosa, Iberdrola, Endesa, HC Energía y E-On, así como agentes financieros, bancos de inversión y comerciales, que realmente no negocian con la electricidad, sino con el precio que creen que tendrá el trimestre que viene, son una especie de “videntes, de brujos son bola” pero sin líneas prefijo 806. Cualquier bróker puede comprar y vender en este mercado, confiando en que el viento o el precio del carbón le concedan un pequeño beneficio. Ofrecen un precio a las comercializadoras por un paquete de energía y, una vez que ganan la puja, van comprando hora a hora la energía en el mercado diario; a mi me parece más una lonja de pescado o un mercado de frutas, con gentes dando voces, muy embrutecidas, pero con caros trajes y corbatas de seda e incluso con peor olor, a vísceras de pescado claro está.

"Electric & drink". De: Google


Cuando el ladrillo marcaba el paso y la demanda eléctrica crecía desbocada al 3%, el Gobierno y las eléctricas se lanzaron a aumentar el parque energético sin justificación ninguna. Además se especuló sin duda con las renovables, ofreciendo primas a destajo, cuando lo lógico hubiese sido incorporarlas a medida que fueran siendo necesarias o sustituyendo a las más contaminantes. Para colmo de males, del consumidor claro está, las empresas construyeron demasiadas centrales de ciclo combinado, gas, para hacerse una estúpida competencia, al albor claro está de millonarias subvenciones. 

Como ejemplo de lo anterior, podríamos citar la nueva central de gas, tipo ciclo combinado, en San Roque – Cádiz. Con una potencia de más de 800 megavatios, similar a una nuclear, costó más de 400.000.000 de euros, siendo inaugurada en el 2011, época en que el consumo ya se había desplomado, pues la demanda actual se encuentra a niveles del 2005 y descendiendo. En un panorama en el que han fallado como escopeta de feria de pueblo inmundo las planificaciones de las empresas y del propio Estado, que para esto están digo yo, parece difícil señalar a un solo culpable, aunque todos debían estar en el mismo sitio, "in the fucking street", "en la puta calle" en Castellano.

Sin embargo, en esta trifulca intestina y barriobajera, de quinquis sirleros, en esta guerra eléctrica, todos los actores son especialistas en acusarse unos a otros, como los quinquis otra vez. Las grandes eléctricas achacan el boquete a las renovables. Estas sostienen que las primas que reciben son únicamente responsables de 1/5  del agujero y que las eléctricas solo quieren distraer pues sus ganancias son enormes por excesivas.

"No rodear, peligro de electrocución"
 
El caso de las renovables es paradigmático, pues el “desgobierno de Zapatero, ahora Sanchéz”, aquel que tenía 18 ministerios/as para NADA, ahora 22, pues sabían/en  'O', panda de modorros/as afirmo, creó una serie de primas, no confundir' con los "primos" que eso eran ellos/as, reguladas para ayudar a estas tecnologías e n sus inicios. Pero incluso los productores reconocen, que el sistema ha terminado suponiendo una piedra muy gorda, tocha para entendernos, en el cuello del sector eléctrico. Instituciones científicas fijaron las remuneraciones razonables, CNE, IDAE, Ciemat, pero la redacción de la ley fue tan deficiente que permitió que se establecieran en España 2.900 megavatios de potencia fotovoltaica en lugar de los 400 a los que el país aspiraba. 

Y para culminar la falta de planificación regulatoria, ahora llega una reacción desproporcionada, un frenazo total a un sector que ha costado miles de millones al contribuyente. Dada la falta de sesera, se permitió una inversión descontrolada en tecnologías como las fotovoltaicas en un momento en que aún estaban inmaduras, y ahora que están listas para competir con las energías tradicionales se las infrautiliza. 

El texto dejaba rendijas para la picaresca que permitieron que, además de miles de inversores honrados, en la aventura se implicaran especuladores que escapaban del ladrillo. El resultado fue sobre-potencia de una tecnología cara. Hasta llegó a haber centrales que producían energía solar ¡¡¡por la noche!!! Claro está, lo hacían con generadores diesel y nadie se enteró en mucho tiempo, pues nadie vigilaba lo que sucedía, dado que al fin y al cabo el dinero salía de los bolsillos de TODOS.

Para salir de este embrollo se asegura que hay soluciones, como en todo normalmente. La más lejana parece un pacto de Estado, como SIEMPRE, para fijar una política energética a medio plazo. Las regulaciones más ambiciosas también chocan con la puerta giratoria por la que decenas de ex ministros, secretarios de Estado y altos funcionarios de la Administración de todos los colores, han entrado en los consejos de las cinco grandes eléctricas y de compañías con gran peso en las renovables, pues las ganancias son multimillonarias, y las presiones que ejercen los actores más poderosos resultan insoportables: verdaderos chantajes, explica un ex alto cargo que no quiere dar su nombre. 

Las eléctricas siempre han jugado fuerte. Como “ejemplo”, hace unas semanas una delegación de las 10 más importantes en Europa, visitaron casi por las malas ni más ni menos que al Comisario de Energía de la UE, Günther Oettinger. Los invitados no se anduvieron por las ramas, amenazando y no de manera velada a su anfitrión que de seguir así en España, “el continente podría sufrir apagones si sus retribuciones siguen cayendo”; de haberlos en la Luna nada dijeron.

En resumen y de nuevo, si quienes son dueños de los centros de producción o generación, luego transportan el producto obtenido, lo transforman, lo distribuyen y finalmente fijan el precio de venta ante los usuarios o consumidores, en régimen de oligopolio, de clan, de pandilla arrabalera, nunca ofreceran un precio justo, sino manipulado, nunca ofertarán una verdadera competencia, sino un conchabeo lamentable e indigno, en este "país" que dice ser y estar en el primer mundo.


© Sammas


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"Este gasta pero bien". Foto: E. Marco


  

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